REDACCIÓN: Miguel R. Ríos
A pocos días de cumplirse el 22º aniversario de la histórica inundación que azotó a Santa Fe en 2003, el Concejo Municipal aprobó por unanimidad una resolución solicitando al Ejecutivo local, encabezado por el Dr. Juan Pablo Poletti, que estudie la posibilidad de actualizar el Plan Director de Desagües Pluviales de la ciudad, en colaboración con el Instituto Nacional del Agua (INA).
Un plan adaptado a los nuevos desafíos climáticos
La iniciativa, impulsada por el concejal Leandro González (Interbloque "Unidos"), busca adaptar la infraestructura hídrica de la ciudad a los desafíos actuales, considerando las variaciones en los regímenes de lluvias de la última década, los impactos del cambio climático y la creciente frecuencia de fenómenos extremos como inundaciones, anegamientos, bajantes y sequías.
El crecimiento urbano y el avance de la impermeabilización de suelos también fueron destacados como factores que han alterado el escurrimiento natural del agua, incrementando los riesgos de anegamientos.
Incorporación de nuevas metodologías y tecnologías
La propuesta contempla la incorporación de nuevas metodologías de diseño hidráulico que combinen infraestructuras grises tradicionales con soluciones basadas en infraestructuras verdes y azules. Asimismo, se plantea la posibilidad de integrar un Sistema de Gestión y Mitigación de Riesgos Hídricos, basado en el informe del INA sobre zonas críticas de la ciudad, e incluir medidas de adaptación basadas en la naturaleza, como los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS).
Para llevar adelante estos estudios y eventuales proyectos, se autorizó al municipio a firmar convenios de cooperación con instituciones de referencia como la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la UNL, la UTN Regional Santa Fe y el Centro de Estudios de Variabilidad y Cambio Climático (CERVACAM).
Recuerdo de una tragedia que marcó a la ciudad
El próximo 29 de abril se cumplen 22 años de una de las mayores tragedias en la historia de Santa Fe. En 2003, el río Salado, desbordado tras intensas lluvias, ingresó a la ciudad a través de una defensa inconclusa, provocando la inundación de más de 40 barrios del oeste santafesino.
El desastre afectó a casi 37.000 viviendas y forzó a más de 150.000 personas a abandonar sus hogares de forma repentina. Muchas de ellas buscaron refugio en escuelas, clubes y centros comunitarios en zonas no alcanzadas por el agua.
El recuerdo de aquella catástrofe sigue presente en la memoria colectiva de Santa Fe, y motiva hoy nuevos esfuerzos para fortalecer la infraestructura hídrica y prevenir futuras emergencias.
Avances en materia hídrica desde 2003
Desde la trágica inundación, la ciudad ha avanzado en diversas obras para mejorar su infraestructura hídrica. Entre ellas se destacan:
1. Ampliación del puente sobre el río Salado: Inaugurado en 2006, el puente fue ampliado de 150 a 600 metros de luz, permitiendo un mejor escurrimiento del río y reduciendo el riesgo de desbordes.
2. Defensa Avenida Circunvalación, tercer tramo: Finalizada durante la gestión de Hermes Binner, esta obra completó el anillo de 22,5 kilómetros que protege a la ciudad de posibles desbordes del río Salado.
3. Obras de drenaje: Se avanzó en obras de drenaje de acuerdo al Plan Director de Desagües presentado por el INA en el año 2000, dividiendo la ciudad en cuencas y ejecutando obras necesarias para evitar anegamientos.
4. Estaciones de bombeo: Se construyeron estaciones de bombeo clave para prevenir eventuales crecientes de los ríos y permitir el desagote de la ciudad.
Educación y memoria colectiva
Además de las obras de infraestructura, se han implementado acciones educativas para mantener viva la memoria de la inundación y concientizar a la población sobre la importancia de la prevención. Entre estas acciones se encuentra la iniciativa "Las Escuelas como protagonistas en la Gestión de Riesgo", que involucra a estudiantes en actividades relacionadas con la gestión del riesgo hídrico.
Asimismo, se creó el Circuito Urbano "Marcas del río", que señala en distintos puntos de la ciudad las alturas que alcanzaron las aguas durante las crecidas máximas, como una forma de materializar la memoria colectiva y fortalecer la conciencia del riesgo.
Conclusión
La actualización del Plan Director de Desagües Pluviales representa un paso fundamental para adaptar la ciudad de Santa Fe a los desafíos climáticos actuales y prevenir futuras emergencias hídricas. La combinación de obras de infraestructura, nuevas metodologías de diseño, cooperación institucional y acciones educativas refuerza el compromiso de la ciudad con la seguridad y el bienestar de sus habitantes.
El recuerdo de la inundación de 2003 sigue siendo una herida abierta en la memoria colectiva de Santa Fe, pero también una motivación para construir una ciudad más resiliente y preparada para enfrentar los desafíos del cambio climático.